Cambiaron realidad para que todo siga igual
La Unión cívica radical en Alberti, supo adaptarse a las situaciones en los últimos 15 años, de forma tal que las elecciones sean de nula importancia, y de aún más nula importancia la trascendencia del partido. Las conducciones que tuvo la flamante lista 3, antes del reinado peronista, fueron fieles a los ideales radicales, a pesar de las inclinaciones conservadoras, con un profundo sentido de la administración y el gasto mínimo, el estado era eficaz en los servicios públicos, ahorrativo, y con orden en varias aristas. La porción revolucionaria, la cuál Alfonsin insistió hasta su muerte, fue ausente en los respectivos gobiernos radicales hasta el último que fue Ruben Gamba, pero sin embargo era una matriz respetable por su orden fiscal e impositivo, sumado a la idiosincrasia de Alberti. Pero luego, la conducción que adoptó el partido en la figura de Gustavo De Pietro, perdió todo norte posible de cara a las posibilidades que los boinas blancas pudieran tener de realizar elecciones competitivas y ganar el municipio para posteriormente gobernar y cambiar la realidad de los Albertinos de forma positiva en relación al gobierno peronista. Para este caso fue necesario el triunvirato con el pro , actores locales y la conducción provincial. Cuando Teresa De Pietro denuncia públicamente en c5n, con el gato Silvestre, qué era parte de una lista de aportantes, en la cuál no tenía nada que ver, lejos de bancar el radicalismo ético y moral que todos conocían, la conducción del partido y las esferas provinciales reaccionaron prefiriendo proteger y ponerse del lado de Vidal, que ni siquiera era parte del radicalismo. Posteriormente, hicieron todo lo posible para debilitar la interna que claramente buscaba Teresa, para presentar una alternativa superadora para Alberti, y dentro del radicalismo que tanto defendió, incluso qué años anteriores había militado por los actores qué ahora jugaban a los amigos de Salvador y Vidal. El senador Gustavo De Pietro le debe su construcción política a Teresa, si algo fue, fue gracias a Teresa.
Todo Alberti supo siempre sobre las agachadas que tuvo el radicalismo los últimos años. Se vio desde todo ángulo que estaban en otra sintonía, cuidando otras quintas, y muy lejanos a intentar competir para cambiar algo en Alberti, tan notorio es que incluso la actúal conducción sigue los mismos pasos, qué prefieren seguir votando al peronismo, antes que a personas entretenidas en otra agenda.
La Unión cívica radical en Alberti hoy tendrá que jugar la interna junto al Larretismo y la coalición cívica, dado el armado nacional.
Sí los jovenes aprendices de Gustavo De Pietro quieren mejorar la imágen de cara a los ciudadanos de la ciudad, primero deberan reconocer errores del pasado, blanquear las estrategias, y apelar a corregir varias formas. Recuperar la militancia que alguna vez tuvo, va a ser difícil, el 80% del radicalismo se ha ido del Comité y ese éxodo que sucedió , seguramente fue para siempre en la mayoría, pero al menos, pueden volver a enamorar al electorado, si reconocen lo que sucedió y que están dispuestos a la política que busca transformar la realidad de todos los ciudadanos, y no de algunos pocos aunque nada cambie