Las regulaciones sustentan al Estado, no son herramientas para castigar
Cuando los conceptos no están claros comienzan las desprolijidades
Hace varios días en una editorial desarrollamos un escrito donde le dijimos al gobierno que tenga claro determinados conceptos políticos, y si realmente el intendente Sergio Barenghi entiende la situación que vive el sector privado en todo el país, donde en Bragado no hay excepción, y su perfil comercial realmente le asigna valor, no deben utilizar el Estado local con la simple razón donde las regulaciones se conviertan en motivo de resoluciones irrestrictas. Es decir, la normativa está para cumplirse siempre y cuando tenga respaldo en las leyes provinciales y nacionales, nunca una norma debe sobreponerse a las de mayores jerarquías. Para no incurrir en el sentido solo ¨penalizador¨ las normas también pueden observarse en el sentido positivo. Obviamente un abogado puede proponer la mirada más precisa en cuanto al derecho, pero si se trata de tener en claro la comunicación del pueblo hacia el gobierno y viceversa, seguramente la Municipalidad no nació para hacer la voluntad de Barenghi, tampoco la de nadie más. La normativa no se escribe para que el Estado Municipal tenga un arma de castigo para todos aquellos que no encuadran dentro de la normativa que se señala. Tenemos claro que todos tenemos que cumplir con las normativas establecidas, pero también la Municipalidad y sus funcionarios deben hacerlo. Porque realmente suena contradictorio pavonearse de cerrar negocios del privado o ser los paladines del cumplimiento de las normativas cuando paralelamente a eso la oposición acusa a los funcionarios de no pagar el estacionamiento medido, y donde luego aparecen fotografías de los eventos públicos donde personas del ejecutivo incluido el Intendente está manipulando alimentos y no explicaron si tienen los cursos hechos para realizar tales tareas, etc. Convengamos que hay lucro en lugar, es el ejemplo que debe darse, más de las autoridades que luego exigen al resto de la población. Es que en términos conceptuales el poder no se trata de impunidad, se trata de trasformar la realidad. En este sentido podemos pensar que el poder ejecutivo de Bragado primeramente podría lanzar una campaña para que el sector privado pueda poner al día todo lo necesario para funcionar, pensar subsidios, cooperar para que todo comience a funcionar, insistimos que recaudar no debe ser el objetivo fundamental, deben ordenar los patos, entender que primero debe funcionar el mercado local y luego si el Estado debe cobrar alguna que otra cosa. ¿Pero si destruyen al privado de donde van a sacar plata? Las regulaciones del Estado no son para destruir, no existen para castigar.